miércoles, 28 de marzo de 2007

La otra Ámsterdam

Todos tenemos un libro o una película especial en nuestras vidas. Para mí ese libro fue el Diario de Ana Frank, que leí y releí conforme me hacía mayor. Desde mi acomodada infancia no podía entender cómo una niña como yo podía haber vivido (unas décadas antes) el horror de tener que esconderse durante años de unos malos muy malos (los nazis) que mataban a todos sus vecinos y amigos. Me impactó muchísimo por su contenido y su final, y claro está por mi edad de entonces. Evidentemente no todo el mundo tiene esta sensibilidad y a veces nos desayunamos con noticias como ésta, "Juzgados en Alemania por quemar 'El Diario de Ana Frank'".
Cuando me sumergí en el micro mundo de Ana nunca imaginé que algún día podría visitar la casa donde se escondía con su familia y, mucho menos, que podría ver con mis propios ojos el diario original en el que escribió todos sus pensamientos hace más de 60 años. Pero el milagro de VIAJAR lo hizo posible y fue una de las experiencias más maravillosas de mi vida. Me hizo sentirme aún más cerca de aquella niñita a la que yo había cogido tanto cariño. La casa de Ana Frank , hoy convertida en museo, se puede visitar en una de las ciudades más bonitas de Europa, Ámsterdam. Es uno de esos rincones imprescindibles de ver en una ciudad que toda ella es un museo. No hay que olvidar que Holanda es el país que más museos tiene por metro cuadrado, y Ámsterdam es la orgullosa ciudad donde se alojan los mejores 42 museos del país.

El Museo Van Gogh junto con el Museo-Casa de Rembrandt son dos de los más famosos. Si se quiere disfrutar de pasear por sus calles y canales un buen momento será la primavera, porque aunque hace más frío que en verano la ciudad no está tan saturada de turistas.
De todos modos para captar la idiosincrasia holandesa lo mejor es alquilar un coche y recorrer los pueblecitos de los alrededores de Ámsterdam, como Voledam y Marken, ya que la capital suele estar demasiado llena de estudiantes todo el año.
Para los más perezosos o que no encuentren tiempo para el libro por supuesto tienen la película de George Stevens ganadora de 3 óscars.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también leí a la pequeña Ana muy joven. En realidad creo que es la mejor etapa de la vida para leer este libro porque, como bien has dicho, te das cuenta de que no importa la edad ni el lugar...las injusticias llegan a todos sitios. Pero también aprendí una lección muy importante, que todas las desgracias se pueden llevar de dos formas muy distintas: la desesperación o la superación personal.
Si os gustan este tipo de lecturas os recomiendo que leais a Viktor E. Frankl (creo que se escribe así, ahora no lo recuerdo). Por supuesto, también habla de nacis y de superación...pero esta vez el final es algo más alentador...
Besos
Me gusta mucho el blog

Anónimo dijo...

Ay Ale que razón tienes... yo siempre digo que hay cosas en la vida que no podemos cambiarlas pero sí la manera cómo nos las tomamos. Además lo que no te mata te hace más fuerte ¿verdad? Gracias por tu recomendación literaria espero que guste a nuestros bloggers.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Este libro nos impactó a muchas de nosotras de pequeñas, puesto q nos hizo vivir una visión diferente del mundo al cual empezabamos a despertar. Rememorar a Ana frank es recordar aquellos instantes de lectura sorprendida y atónita ante el impulso vital de aquella niña. Fue una gran maestra ante la actitud a tomar antes las futuras desavenecias de la vida con las q nos iriamos encontrando posteriormente(salvando las enormes diferencias), y la primera toma de contacto de concienciación politica de un cráneo adolescente como el mio. GRACIAS ANA POR TU TESON Y VALENTIA Y TU POSTURA ANTE LA VIDA Y A LIGVINGSTONE PORQUE POR UN MOMENTO HE VUELTO AQUELLOS MOMENTOS DE LECTURA DE LA INFANCIA.
SEGUID DELEITANDONOS POR FAVOR...

MEIGA.