domingo, 29 de abril de 2007

Al son de Dénia

Dénia es uno de esos pueblecitos que si no existiera habría que inventarlo. Con sus playas, sus calles empedradas y sus casitas blancas todo invita al relax y a disfrutar de la vida. Ese clima tan suave hace de este destino un sitio privilegiado para perderse unos días, (que para muchos ingleses y alemanes se convierten en años).
Para los que se encuentren lejos de sus aguas pueden echar un vistazo en directo a las webcams situadas en varias zonas del pueblo.

Como todos los pueblos costeros de la Comunidad Valenciana ofrece una buena relación calidad-precio para alojarse y en su restauración. Por supuesto no hay que dejar de degustar alguno de sus arroces típicos aunque no es recomendable quedarse ahí, ya que su gastronomía es muy variada. Se pueden hacer varios recorridos turísticos muy entretenidos.

Un libro que recorre la gastronomía y paisajes de este precioso pueblo es Son de mar del escritor de Castellón Manuel Vicent.
Bigas Luna llevó esta historia a la gran pantalla con la película del mismo nombre. Verla es un gusto para los sentidos por su fotografía y por interpretaciones como las de Jordi Mollá, Leonor Watling o Eduard Fernández.

sábado, 28 de abril de 2007

Praga de verdad

La capital de la República Checa da mucho de sí, por eso he decidido seguir investigando sobre películas rodadas allí, aunque esta vez aquéllas en las que sí que sale la Praga de verdad.
Siguiendo los consejos de mi hermana Isabel, que dice que meto demasiados nombres en el blog, no mencionaré más de cuatro títulos, algunos de nacionacionalidad checa. Entre éstos, la oscarizada como mejor película extranjera Kolya de Jaus Sverak y los esfuerzos de un músico checo por entenderse, en sentido literal, con el hijito ruso que aparece en su vida de forma inesperada. Las alabanzas de algunos críticos que la califican de "entrañable comedia" y el galardón de la Academia creo que son bastantes alicientes para verla.

Kafka, uno de los praguenses más célebres, no se les podía pasar por alto a los directores de cine. Su obra inacabada El Proceso, que a mí me resultó más extraña de lo habitual en él y un poco difícil de leer, ha atraído sin embargo la mirada de los directores estadounidenses Orson Welles en 1963 y David Jones treinta años después. La primera, rodada en blanco y negro y protagonizada por Anthony Perkins, se ha llevado todas las alabanzas. Otro de sus campatriotas, Steven Soderberhg, vuelve a echar mano del escritor, que no de sus obras, y lo utiliza como protagonista en el thriller de ficción Kafka le verdad oculta.

Leonor Watling y sus hermanas viajan a Praga para convencer a la exnovia de su madre de que vuelva con ella en A mi madre le gustan las mujeres y Relatos de una cabra, bonita película de dibujos animados checa, nos sumerge en la magia de los cuentos medievales de la capital de Bohemia utilizando como referente el cine de marionetas de Jiri Trnka.

viernes, 27 de abril de 2007

Cracovia, historia triste de Europa

Estamos de enhorabuena ya que la gran familia europea sigue creciendo. En el año 2004 entraron en la Unión Europea 10 nuevos países que vinieron a enriquecer con su cultura y tradiciones a todos los estados miembros. Entre ellos está Polonia, un país con una población entusiasmada porque por fin se sienten protagonistas de su historia.
Polonia es, sin lugar a dudas, el país europeo que más ha sufrido hasta ser dueño de su destino. En 3 ocasiones se repartieron sus tierras sus países vecinos y llegó a dejar de existir durante 123 años.
La invasión de Polonia por Hitler en septiembre de 1939 desencadenó la II Guerra Mundial que tan trágicas consecuencias tuvo para todos los europeos. Uno de los lugares donde los nazis cometieron sus atrocidades fue en Cracovia. Los nazis establecieron uno de sus guettos en su distrito judío (Kazimierz). Allí rodó Steven Spielberg algunas de las imágenes más impactantes de su famosa película La lista de Schindler basada en la novela de Thomas Keneally.

El título se refiere a la lista de los nombres de 1.100 judíos a los que Schindler, un hombre de negocios católico alemán, contrató para trabajar en su fábrica evitando que fuesen enviados a los campos de concentración.

Este film fue premiado con 7 óscars por la Academia de Hollywood y supuso el despegue de la carrera del interesante actor Liam Neeson.

miércoles, 25 de abril de 2007

NY: pelis y series de TV (III)

Me resisto a dejar de hablar de un sitio tan pequeño y fascinante como la isla de Manhattan. Es un trocito del planeta Tierra que sólo tiene 20 kms de largo por 5 kms de ancho, sin embargo, contiene una mezcla de culturas como ningún otro lugar del mundo. Prometo que es el último post de NY pero no podía dejar de hablar de la visita para mí imprescindible de la sede central de las Naciones Unidas. Como curiosidad hay que tener claro que cuando se entra en sus instalaciones no se está en Estados Unidos sino en suelo internacional. Estos edificios son propiedad de los estados miembros y tienen su propia policía, bomberos y hasta sellos. Una película del 2005 en la que se pueden ver muy bien las salas más emblemáticas de Las Naciones Unidas es La Intérprete de Nicole Kidman y Sean Penn.
Otro lugar para pasear y vivir la intensidad del momento con todo su ruido, tráfico y luminosidad por sus pantallas de plasma es Times Square. Esta avenida está llena de cámaras web para que los curiosos puedan ver desde sus hogares qué ocurre en cada momento.Otra peli de suspense también es Ultima llamada con el guapo Colin Farrell de protagonista. Todo el argumento del film se desarrolla en una cabina telefónica de Manhattan.

Pero desde luego mi película de acción favorita para recrearme viendo todos los lugares más carismáticos de Manhattan es La Jungla de Cristal III. Considero que es muy entretenida y hace pasar un buen rato.
Por argumento bueno si tengo que elegir entre todas las muchas películas que se han rodado en Nueva York me quedo con Armas de mujer. Es un peliculón de 1988 que muestra lo mejor y lo peor del mundo competitivo de los negocios de la gran City. En ella se pueden ver las desaparecidas Torres Gemelas, símbolo máximo del triunfo profesional que quiere alcanzar una secretaria llamada Tess, interpretada por la jovencísima Melanie Griffith.

Y bueno si hablamos de series de televisión nadie debería dejar de ver todas las temporadas de Friends o Sexo en Nueva York. Estas series tienen además el aliciente que una vez se está en Manhattan existen tours turísticos por los escenarios que transcurren las series.

martes, 24 de abril de 2007

NY: la vida sigue (II)

Como dice Guillermo, un apasionado argentino guía turístico de Manhattan, el problema de una ciudad como Nueva York no es que hacer sino qué no hacer. Un sitio muy emotivo para visitar relacionado con el libro y película comentados en el post NY (I) es la Isla de Ellis. Entre 1892 y 1954 esta isla fue la puerta de entrada de unos 12 millones de inmigrantes a EEUU, que fueron legal y médicamente inspeccionados en este lugar. En ella se conservan fotografías de la época y cantidad de objetos personales de sus huéspedes. Algunos de ellos pasaron largas temporadas en sus instalaciones hasta recuperarse de las enfermedades que traían, y no les dejaban pasar a suelo americano hasta no estar curados. El ferry que se coge para visitar la Isla de Ellis está en Battery Park y cuesta $11.50 los adultos y $4.50 los niños. Además de ver la isla y su Museo de la Inmigración también hace escala para contemplar otro de los iconos de Estados Unidos como es La Isla Libertad con su famosa Estatua de la Libertad.

Debido a la importancia que tienen los inmigrantes en esta ciudad desde hace cuatro años se celebra la semana de la historia del inmigrante.
Otro día muy especial, sobre todo para los inmigrantes de origen irlandés (como el carismático presidente John F. Kennedy), es el 17 de marzo día de San Patricio.
Una película que se desarrolla en Nueva York sobre los inmigrantes irlandeses que allí viven es La sombra del diablo. En ella Harrison Ford y Brad Pitt luchan por sus ideales, uno siendo policía de Nueva York y otro como militante del grupo terrorista el IRA. Continuará...

Madrid, meca del cine español


La Gran Vía vacía en "Abre los ojos" de Amenábar, el cartel de Schweppes en Plaza del Callao en "El día de la bestia" de Álex de la Iglesia o los barrios más desfavorecidos de la capital en "Torrente", son algunas de las estampas que nos deja nuestro cine más reciente. Aunque también hay sitio para esas Universidades en technicolor de los años 60, donde jóvenes estudiantes con traje acudían a clase en busca de saberes y de una novia con la que casarse. El cine español no podía dejar de mostrar una etapa tan importante como la de la movida madrileña, con Pedro Almodóvar como estandarte. "Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón" es un claro ejemplo de la influencia de esta época.

Si nos damos un Paseo por Gran Vía, dirección a Plaza España, pasaremos del Madrid más señorial y noble, al Madrid más divertido y descarado: grandes carteles que cubren fachadas enteras anunciando la última producción hollywoodiense, numerosos teatros donde empiezan a curtirse nuevos talentos o donde viejas glorias apuran sus últimos minutos de fama, y rótulos luminosos y neones que deslumbran a todo viandante y le llevan a Broadway o al West End londinense.

Madrid ha sido, es y será el centro neurálgico del cine español. Un escenario donde poder filmar cualquier historia, porque cualquierea que sea la trama, tiene cabida en “los madriles”: una historia social en carabanchel, los problemas y tormentos de un “señorito” madrileño del barrio de Salamanca, o una historia de bares en Lavapies.

lunes, 23 de abril de 2007

Praga tiene truco

Desde que se construyó el castillo de Praga en el siglo X la ciudad ha crecido conservando un aire medieval y romántico que la hacen una de las capitales más bonitas de Europa. El paso del río Moldava y los puentes que lo cruzan, sobre todo el de San Carlos, invitan a pasear por sus calles y entrar de vez en cuando en alguna taberna a saborear su estupenda cerveza.

Buscando películas relacionadas con la ciudad, me he quedado sorprendida de lo larga que es la lista y de que, a pesar de los atractivos propios, en muchas ocasiones se la ha utilizado como escenario enmascarando su identidad (imagino que debido a facilidades en el rodaje y ventajas económicas). Por eso, he decidido dedicar este post a hacer un breve repasillo de todas ellas.

La que más me ha sorprendido es la coproducción estadounidense y checa Desde el infierno, que nos hace creer que estamos en el Londres de Jack el Destripador con un Johnny Depp investigando los crímenes. En las primeras escenas de El caso Bourne la camuflan de Zurich nevada, Milos Forman le rinde un homenaje en Amadeus convirtiéndola en Viena y El Ilusionista recrea de nuevo el ambiente de la capital de Austria en 1900. Incluso la última de James Bond, Casino Royal, da el pego transformando algunos interiores en un casino de Montenegro.

El cine patrio ha copiado el truco; Fernado Trueba trasladó al equipo de La niña de tus ojos a los estudios de cine de Praga para contar la historia de unos cineastas españoles que, aprovechando las buenas relaciones entre Franco y Hitler, marchan a la Alemania nazi a rodar películas. No está claro si se inspiró en las experiencias vividas por Imperio Argentina con Goebblels. Él dijo que no, pero ella aseguró lo contrario en unas polémicas declaraciones para El Mundo que podéis leer en el enlace. En cualquier caso, el filme proporcionó a la protagonista Penélope Cruz, además de un novio checo, un goya a la mejor interpretación femenina y un espaldarazo más en su carrera internacional, ya entonces bien encaminada hacia Hollywood.



domingo, 22 de abril de 2007

NY: el sueño americano (I)

¿Quién no quiere conocer la archifamosa ciudad de los rascacielos? En mi opinión es una de las ciudades que nadie debería morirse sin visitar porque, aunque creamos haberla visto en miles de ocasiones en series y películas, cuando estás allí te das cuenta que es una ciudad no para verla sino para sentirla. Sí, el que no haya ido puede pensar que es asfalto y edificios, pero eso es sólo para el que no ve más allá. La energía fluye por sus calles como el agua por los ríos y allí las horas tienen menos de 60 minutos, porque los minutos vuelan. Yo nunca me había planteado visitar NY hasta que leí uno de mis libros preferidos, Las cenizas de Angela. Para mí cumple todos los requisitos que debe tener una buena historia: cuenta hechos reales de manera clara y sencilla y además con un sentido del humor impresionante. Por ello, a pesar de lo dura que puede ser la autobiografía de Frank McCourt en algunas ocasiones, la disfruté muchísimo. Las cenizas de Ángela, narra la historia de una familia irlandesa en plena época de la hambruna de la patata. Lo curioso de la familia McCourt es que es una historia poco común, pues realizan el camino contrario de la emigración, de Estados Unidos a Irlanda, de una tierra de promesas a la fría Irlanda, donde la gente se moría de hambre. Así que como toda buena novela que se precie tiene su adaptación al cine. El primer libro de este profesor de formación profesional de 66 años le supuso ganar en 1997 el premio Pulitzer. Pasó de ser un anónimo maestro en Nueva York a ser uno de los 35 personajes más famosos del año según Vanity Fair, figuró 70 semanas seguidas en la lista de los best sellers del New York Times y su libro está traducido a más de 20 idiomas con más de 50 entradas en Internet. ¿Es o no es el sueño americano?
Según palabras del blogger Jorge Echeverri "Las Cenizas de Angela tiene magia que atrapa. A años luz del realismo mágico del llamado boom latinoamericano de las últimas décadas, McCourt se inscribe en un realismo cruel y descarnado más bien emparentado con Dickens. Sin artilugios de tiempo ni espacio, narra linealmente los sucesos de su infancia y adolescencia como los rescata de la memoria sesenta años después. Pareciera que con ellos se libera de viejos fantasmas. Función catártica de la literatura". Bien dicho Jorge!! Para el que le pueda interesar McCourt ha escrito dos libros más que son la continuación de su vida desde que llega por fin a Manhattan hasta nuestros días.

sábado, 21 de abril de 2007

Cuenca, antigua y abstracta

El paisaje natural de Cuenca se ha hecho a golpe de siglos, con el agua y el viento oradando pacientemente la roca y creando unas maravillosa hoces en cuyas laderas se agarran casas y placetuelas.
El caso antiguo fue declarado patrimonio de la Humanidad en 1996, lo que puede ayudar a seguir conservándolo prácticamente intacto y alejado del crecimiento lento, pero constante y poco estético de la parte nueva. Ya antes de este año, a finales de los cincuenta, algunos artistas se habían fijado en ella. Se refugiaron allí para crear su obra y de paso nos dejaron la joya del Museo de Arte Abstracto Español, considerado entre los mejores del mundo en su género. La idea surgió de Fernando Zóbel que junto a Gerardo Rueda y Gustavo Torner creó el museo de las casas colgadas, cediéndolo más tarde a la fundación Juan March y al que donaron gran cantidad de sus obras. Los conquenses nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos por darle a la ciudad un valor añadido y una excusa más para acercarse a visitarla. La impronta del arte abstracto también se encuentra en las vidrieras de la catedral, encargadas en 1990 al marroquí Henri Dechanet que de nuevo se sirvió de Gerardo Rueda, Gustavo Torner y Alfonso Bonifacio para diseñar coloridos ventanales que aportan un elemento novedoso a la bonita catedral gótica de estilo anglo-normando.

Entre los escritores foráneos que han escrito sobre ella destaca Pío Baroja y su novela La Canóniga, bastante desconocida y difícil de conseguir en librerías o bibliotecas.

En cuanto al cine, en 1954 se rodó la coproducción hispano-mexicana Señora Ama, basada en la novela homónima de Jacinto Benavente. Dos años más tarde José Antonio Bardem dirigió Calle Mayor, inspirándose en la tierna solterona de la obra de teatro La Señorita de Trevélez de Carlos Arniches. Pero sin duda la más sorprendente es El Valle del Gwangi (1969) , filme estadounidense de ciencia-ficción en el que, a pesar de los rudimentarios efectos especiales de la época, se consiguen buenos resultados. En la escena final resulta sorprendente la visión de un dinosaurio gigante caminando amenazante por la plaza mayor, con la catedral al fondo y entre los gritos desesperados de los lugareños.




Lanzarote, ¡de película!

Para algunos la belleza es un resorte que los impulsa a progresar en la vida, para otros, en cambio, casi una maldición. Este es el caso del personaje de Mararía en la novela del tinerfeño Rafael Arozarena, que en Canarias se lee obligatoriamente en los colegios e institutos de secundaria y que en la península ha sido injustamente ignorado. A lo largo de la obra el autor hace continuamente paralelismos entre Mararía y Lanzarote, pero afortunadamente el destino trágico de la mujer no coincide con el del lugar, hoy declarado reserva de la biosfera y cuidado con esmero por sus habitantes que, con César Manrique a la cabeza, han conseguido hacer de ella un modelo estético y ético de respeto al medio ambiente.
No es la única referencia literaria de la isla, el Nobel José Saramago lleva años viviendo allí y le ha dedicado un conjunto de pequeños cuentos titulados Cuadernos de Lanzarote.

El parque nacional del Timanfaya, sus grutas volcánicas, playas, gerias y pequeños pueblos que desafían con su blancura la calima africana consiguen hacerte olvidar que estás en en la misma Tierra en la que vives el día a día, de ahí que el cine se haya servido de ella para recrear otros planetas. Éste es el caso de Náufragos, primera película de ciencia ficción española que nos hizo creer que estábamos en Marte y Enemigo mío (1986), donde Dennis Quaid pelea con un alienígena en un planeta deshabitado. Entre las de corte prehistórico se pueden destacar Hace un millón de años (1965), con una Raquel Welch paseándose con un bikini de piel de cabra por las playas de Papagayo o Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (1970) de Val Guest.
Sin duda las más curiosas son También los enanos nacieron pequeños, obra de uno de los precursores del cine alemán Werner Herzog, rodada en los volcanes de Lanzarote, y La imagen de Dorian Grey y la prensa amarilla (1977) del también aléman Ulrike Ottinger.

Desde estrellas rutilantes como Rita Hayworth, protagonista de Sur la route de la Salina (1971), con las salinas y el Timanfaya de fondo, hasta los directores españoles José Antonio de la Loma en Timanfaya. Amor prohibido (1971) o José Antonio Bardem en La isla misteriosa (1971), basada en una novela de Julio Verne, han quedado seducidos por esta maravilla geológica en mitad del atlántico.


martes, 17 de abril de 2007

Jamaica: un Caribe diferente

Si a alguien tiene que agradecerle Jamaica haber hecho mundialmente conocidas sus playas es a James Bond, o mejor dicho, a su creador Ian Fleming. Este inglés de buena familia escribió todas las novelas que posterioremente fueron llevadas al cine. En la actualidad los turistas de bolsillo afortunado puede hospedarse en su casa de la isla.

Jamaica es la tercera isla en tamaño de las Grandes Antillas y tiene poco que ver con sus vecinas Cuba y la ínsula que comparten República Dominicana y Haití. Esto es debido a que tanto Cuba como República Dominicana fueron colonias españolas mientras que Jamaica fue del imperio británico desde 1655 hasta su independencia en 1962. Por ello es un destino atractivo si lo que se quiere es practicar inglés, ya que prácticamente nadie en la isla habla castellano, menos los comerciantes que saben las cuatro palabras de rigor para vender a los turistas.
Por lo que respecta a la música reggae y a su mito Bob Marley queda de manifiesto la explotación que hacen de ello por donde se vaya de la isla. Es cierto que consumen esta música, pero hoy día con la globalización cultural que existe la gente joven escucha más música inglesa que el reggae. Puede asemejarse (salvando las distancias) con lo que ocurre en España. Si un turista sólo visita lugares típicos de Sevilla se irá pensando que en nuestro país disfrutamos mucho más del flamenco de lo que supone en cuota de mercado.
Para los fans de Marley puede ser interesante visitar su casa-museo de Kingston. Allí verán proyecciones sobre su vida, sus objetos personales y retratos de su idolatrado Haile Selassie, antiguo emperador de Etiopía por el que viene la religión rastafari.
Pero el gran fuerte de la isla, sin ninguna duda, son sus playas paradisíacas y sus atardeceres que son una obra de arte, como quedó patente en la primera película el Agente 007 contra el Dr. No. Hay que reconocer que su música y fotografía perdurará en la memoria de muchas generaciones. Es la película de acción por antonomasia.
Para las nacidas en la década de los 70 recordar una película de vuestra juventud que muestra el encanto de la isla, Cocktail, con un jovencísimo Tom Cruise como protagonista.

El Dresde de Vonnegut

Como suele decirse en el argot periodístico la actualidad manda, y en esta ocasión me sirve de excusa para hablar de un escritor desaparecido recientemente, Kurt Vonnegut. Un buen libro para aproximarse a este norteamericano singular puede ser Matadero 5, en el que narra (con su peculiar estilo e imaginación) como vivió en primera persona el bombardeo aliado de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial. Por supuesto esta novela tuvo su adaptación al cine.

Además de contemplar la majestuosidad de sus edificios desde el suelo Dresde también ofrece la posibilidad de hacerlo desde los 67 metros de altura del mirador de la cúpula de la iglesia de Frauenkirche. Esta iglesia es un símbolo para los habitantes de esta ciudad porque, como tantos otros edificios históricos, fue destruida por las bombas en 1945. Tras unas obras que han durado 11 años ya se puede subir a contemplar la panorámica. La entrada cuesta ocho euros y puede hacerse todos los días de 10 a 13 horas y de 14 a 17. Desde lo alto se puede ver 'Fama', el ángel dorado que también sirve de icono a la ciudad.
Otra visita muy interesante se encuentra en las afueras de Dresde, en la calle Bautzner Strabe. Allí se puede visitar la lechería más bonita del mundo gracias a su decoración con azulejos que ha merecido su inclusión en el libro Guiness de los récords. Tienen toda una variedad de productos lácteos que se pueden comprar o consumir en su local.

Sin embargo, detrás de la imagen apacible de esta ciudad llena de turistas, no hay que perder de vista los peligros que tiene latentes. Sólo hay que retroceder dos años para encontrar titulares en la prensa como éste, "Los neonazis aprovechan el 60 aniversario del bombardeo de Dresde".
Esperemos que noticias como ésta queden como un aviso para que los alemanes de bien no bajen la guardia como les ocurrió hace algunos años.

viernes, 13 de abril de 2007

Viena Imperial

Viena es la capital de una república federal que explota al máximo su pasado imperial. La ciudad gira en torno a los palacios de Hofburg y Schönbrunn y nosotros compartimos con ellos dinastía reinante, los Habsburgo. Juana la Loca se casó con Felipe el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano de Austria, y ello trajo consigo que nuestro Carlos I fuera su Carlos V. Paradojas del destino, Carlos se crió en Flandes y su hermano Fernando en Alcalá de Henares, sin embargo, a ambos les tocó gobernar precisamente el país que no conocían. En cualquier caso, el paso de Fernando por Viena ha dejado huella. La noria de finales del siglo XIX, desde la que se puede presenciar una bonita vista de la ciudad, está situada en El Prater, transformación de la palabra española prado que usaba el emperador para identificar el lugar donde iba a cazar. Los caballos de la escuela ecuestre de Viena o el estilo arquitéctonico de la Biblioteca Nacional son también herencia nuestra y, aunque las maneras castellanas no calaron en el pueblo, los austriacos conservan una frase hecha, cuando no entienden a alguien dicen que habla español.

Si hay una pareja real que se identifica con Viena y el imperio Austrohúngaro, ésta es la formada por Francisco José I y Elisabeth. La belleza de Sissi, alimentada por la leyenda de su infelicidad en la corte y explotada en sentimentales películas de cine, contribuyeron a una interpretación almibarada de la historia y sus protagonistas.
Un libro que ayuda a conocer de verdad a esta mujer y su época es el de Ángeles Caso, Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría. A través del diario personal de la esposa del emperador nos vamos enterando de forma seria y documentada de lo que fue su vida y el contexto histórico en el que reinó.
Viena sigue hablando de ella, podemos ver sus aparatos de gimnasia en las habitaciones privadas de palacio, la bañera (fue pionera en lo del aseo diario) de su cuarto de baño, su tumba en la cripta de la Iglesia de los Capuchinos o incluso tomar una cerveza bajo su atenta mirada gracias al retrato que le hizo Winterhalter con su larga melena.

Normandía y sus playas

6 de junio de 1944. Día D, hora H. Tropas aliadas comienzan a desembarcar en las playas de Juno, Sword, Omaha, Gold y Utah. Son los primeros momentos de la Operación Overlord. Horas antes paracaidistas aliados cortaban la comunicación alemana con el interior del territorio normando. Todos estos paracaidistas llevaban el llamado Cri-Cri o Criquet, un objeto metálico que reproducia un sonido parecido al de una rana, con el fin de encontrarse más fácilmente en la oscuridad y agruparse.

Unas playas protagonistas del comienzo del fin del Imperio Alemán no podían dejar de ser escenario de films transcendentales en la historia del cine, eso sí, siempre con el desembarco de fondo. Así pues encontramos "El día más largo", primer gran film sobre el desembarco, detrás del cual hallamos la novela de Cornelius Ryan "The longest day". O la versión más reciente y hollywoodiense "Salvar al soldado Ryan" de Steven Spielberg. Una secuencia de apertura para el recuerdo, recreando el desembarco de Normandía: temblores, miedo, pánico, indecisión, incomodidad y desasosiego en todo momento nos acercan a la realidad de ese momento.

Aunque no muy lejos de esas playas también se ha rodado algún film de corte más alegre, al menos en su forma. El musical "Los paraguas de Cherburgo" nos traslada a una historia de amor que catapultó a la actriz Catherine Deneuve.






jueves, 12 de abril de 2007

London calling (II)

"Elige la vida. Elige un trabajo, elige una carrera, elige una familia, elige un televisor grande que te cagas...". Son palabras de Ewan McGregor encarnando a Mark Renton en la famosa película de Danny Boyle "Trainspotting". Si bien es cierto que la mayor parte del film se desarrolla en Edimburgo, un fragmento muy importante del mismo transcurre en Londres. Aquí aparece la ciudad como escenario perfecto de la huída y regeneramiento de Mark: encuentra ese trabajo, un pequeño apartamento y comienza a ahorrar. La ciudad de las rosas y los leones, majestuosa pieza del engranaje capitalista se muestra a Renton como su redentora, eso sí, a cambio de una suculenta suma de libras semanales. Y es que en Londres todo se paga por semanas. Incluso se cobra por semanas.

Y si el gasto es una de tus mayores preocupaciones, apunta este dato: 1 libra= 1,44 euros. Por unas 30 podrás asistir en pleno West End a espectaculares obras musicales o piezas teatrales, como "Cabaret" o "We will rock you", éste último en el Dominion theatre. Eso sí, sé listo y compra tu localidad en taquillas alternativas situadas en estaciones de metro o tiendas de souvenirs, inidicadas por grandes carteles humanos. Te saldrá a mitad de precio.

Aunque si lo que te gusta son las obras más sobrias y literarias, no puedes dejar de visitar la increible reconstrucción del teatro donde se representaban las obras de Shakespeare, el Shakespeare´s Globe Theatre. Otra ercomendaciónl, intenta sacar plaza para una de las reperesentaciones, te sentirás como la plebe en "Shakespeare in love ".
No olvidéis cargar de nuevo vuestro i-Pod con canciones como "London calling" de The clash o "God save the Queen" de los Sex pistols para callejear por el entramado de calles londinenses. Hasta tres años deben estudiar los taxistas el callejero para sacarse la licencia.

El descubrimiento de Petra

A pesar de que hace doscientos años desde que Johann Ludwig Burckhardt redescubrió Petra para los occidentales, los turistas de hoy seguimos quedándonos con la misma cara de alucinados que seguramente el joven suizo tenía cuando la vió por primera vez. Él se dirigía a Egipto en un época en la que los viajeros no eran bien recibidos y corrían peligro sus vidas. En Jordania oyó hablar de una ciudad oculta en las montañas y haciéndose pasar por un devoto musulmán se lanzó a buscarla por el desierto. Yo no tuve que aprender el idioma y la religión del Corán para poder verla, mi vida no estuvo amenazada y las comodidades de la vida moderna me pemitieron visitarla sin contratiempos, pero sorteando turistas y a contrarreloj. Envidio a Johann porque pudo disfrutarla en medio del silencio sepulcral del lugar, seguramente sólo roto por los pasos de su camello y las conversaciones con su guía beduino. A nosotros nos queda la opción de levantarnos muy temprano, llegar antes de que aparezcan hileras de autobuses repletos de turistas e imaginar que somos viajeros de otras épocas que buscan víveres y descanso en la ciudad de los nabateos.

Y no es difícil imaginar en un lugar que sigue siendo un misterio para los historiadores, casi una ciudad fantasma que espera paciente que sus antiguos habitantes salgan de sus tumbas y la vuelvan a ocupar. Los griegos le dieron el nombre, los desconocidos nabateos la habitaron durante siglos y el imperio romano la conquistó después, dejando todos su huella esculpida en la piedra. Los arqueólogos creen que los magníficos templos, las tumbas, el teatro y las canalizaciones de agua excavadas en las rocas que se conservan son sólo la punta del iceberg de una ciudad escondida que ellos se afanan en desenterrar.

Descubrir la fachada de El Tesoro del Faraón después de recorrer el angosto desfiladero de El Siq es una experiencia inolvidable. Steven Spielberg lo explotó para el cine en Indiana Jones y el templo maldito, pero Petra es sólo una anécdota en esta superproducción hollywoodiense. Hasta la fecha no ha habido ninguna película que la utilice como escenario de lujo de una historia interesante. Petra, aunque parezca increíble, está aún por descubrir y acercarse a ella y echar a volar la imaginación es el primer paso para ello.

miércoles, 11 de abril de 2007

London calling (I)

Son muchos los símblolos que nos llaman de Londres: el Big Ben o Buckingham Palace por decir dos, pero los conocemos realmente poco. Ben, por ejemplo, se llama la campana de 13 toneladas que encontramos dentro de la torre, en cambio, no llames a las puertas de Palacio si la Union Jack ondea porque la Reina no estará en casa.

Quizás sea el deseo de dar a conocer un poco mejor la ciudad lo que ha llevado a numerosos cineastas a hacer de "La city" su escenario. La podemos apreciar majestuosa y apocalíptica en "V de Vendetta", soleada y romántica en "Las muñecas rusas" o dramática y autodestructiva en "Match Point". Emblemáticas dos escenas: la pelota sobre la red de tenis al principio del film, y el anillo rebotando en el borde del Thamesis. Una teoría resumida en dos planos.

Aunque no solo los cineastas tomaron Londres como fondo de desarrollo de sus obras. Sir
Arthur Conan Doyle sitúa a su personaje más famoso en el 221Bde Baker Street, una dirección que en realidad no existe. Y es que es justamente en esa calle del distrito de Marylebone londinense donde el detective Sherlock Holmes fumaba su pipa y resolvía casos junto a su chimenea y junto a su inseparable colega Watson.

En aquella época de calles terrosas y coches de caballos áún no circulaba por las streets londinenses el famoso Austin FX4, de color negro por 1965, cuando comenzó a comercializarse, pero verde o rosa e impregnado de carteles publicitarios hoy día. Carteles convertidos en las últimas décadas en un símbolo más de la ciudad: Sanyo, TDK o McDonalds forman ya parte de la arquitectura de Picadilly Circus.


miércoles, 4 de abril de 2007

Paris, je t´aime (I)


Paris I love you, Paris te quiero,Paris ti amo, Paris ich liebt Sie... lo podremos decir en cualquier idioma pero nos seguirá sonando igual de bien. "Paris je t´aime", un film compuesto por 18 breves historias donde el amor es el protagonista común, nos muestra cada uno de los "arrondissements" de la capital francesa a través de los ojos de algunos de los más célebres directores cinematográficos.

Montparnasse, Le Marais, la Torre Eiffel, La Bastilla, Montmartre... el amor flota por cada una de sus calles, cafés o esquinas. Podríamos conocer el arte del amor visitando la Place du Tertre en pleno corazón de Montmartre, entre artistas con atuendos de principios de siglo y caballetes de madera, o caer rendidos a los pies de un foulard Louis Vuitton en su tienda de Los Campos Elíseos. El amor es algo tan subjetivo como puede serlo Paris. Por eso si estas vacaciones decides visitar la ciudad de la luz, compra nada más llegar un ejemplar de Paris Pratique, índice de todas las calles de Paris, transportes e información esencial para situarse y moverse por la ciudad. Imprescindible incluso para los parisinos. No sabemos si Robert Doisneau tenía una de estas guías, o era un amplio conocimiento de los entresijos de la ciudad lo que le permitía inmortalizar estampas como El Beso.

Casi tan imprescindible como el beso en el amor lo es el vino en Francia. Por eso la ciudad del Sena está salpicada de pequeñas bodegas "Nicolas". Estupendas boutiques del vino donde sus simpáticos dependientes te aconsejan y te asesoran sobre la bebida más típica del país. Un Cabernet Sauvignon o el joven y célebre Beaujolais, que cada noviembre sale a la venta respaldando su relativa juventud con una gran campaña publicitaria: le Beaujolais Nouveau est arrivé!!!!

De la misma manera, pero por verano, llega cada año un pedazo de la Côte d´Azur a las aguas del Sena: Paris-Plage no solo nos propone tomar el sol a los pies del Pont Neuf, sino también deportes veraniegos como el Volley-Playa o actividades culturales con proyecciones de películas al aire libre.
Claude Lelouch bien podría ser uno de sus protagonistas. Este realizador francés, famoso por películas como "Un homme et une femme", sembró la polémica con el cortometraje "C´etait un rendez-vous", donde bien podemos apreciar a velocidad de bólido setentero todas las calles emblemáticas de Paris. Quien sabe si este año en las actividades culturales de Paris Plage proyectarán "Paris, je t´aime".

Paris, je t´aime (II)

Son muchas las perspectivas desde las que filmar París: Roman Polanski lo hacía siguiendo a un Harrison Ford ansioso por encontrar a su mujer en "Frenético", y Jean-Luc Godard, el nombre mas conocido de la Nouvelle Vague, nos enseñaba los Campos Elíseos de la mano de unos jóvenes Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg en "Al final de la escapada". En este último film, su director, Godard, revolucionó a través de su manera de rodar el cine francés: ruptura de la narrativa audiovisual clásica por medio del montaje o historias de personajes irreverentes son algunas de sus marcas más personales.

Pero si algún director filmó París embriagado por el deseo de contar historias de amor con objetivo de su cámara, ése fue François Truffaut. Por medio del personaje de Antoine Doinel, su alter ego, el realizador francés nos mostraba la madurez sentimental de ese joven con su trilogía "Besos robados", "Domicilio conyugal" y "Amor a la fuga".
Si fuéramos alguno de los personajes de Truffaut, Godard o Jean Vigo compraríamos el famoso pain au chocolat, o el aún más rico pain au chocolat aux amandes, en alguna de las numerosas boulangeries repartidas por toda la ciudad, y disfrutaríamos de una increíble y poco conocida vista de la antigua Lutetia, degustando un té rojo, desde la cafetería de la terraza del Institut du Monde Arabe.

Y si quisiéramos poner banda sonora a nuestra historia de amor, o alimentar nuestro i-Pod para callejear por París , eligiríamos a los clásicos Serge Gainsbourg o Jacques Brel, o a los más recientes Philippe Poirier, Françoiz Breut o Da Silva.

martes, 3 de abril de 2007

Livingstone Las Vegas

Desde luego la famosa película protagonizada por Nicolas Cage, (Leaving Las Vegas), no es la más recomendable para que entren ganas de visitar esta peculiar ciudad del Oeste de Estados Unidos, pero sí que es un film bastante realista de algunas situaciones que se pueden dar en esta ciudad. El guión está basado en la novela de John O' Brien que narra la historia de un guionista de Hollywood que es despedido de su trabajo y se traslada a Las Vegas, donde pretende beber hasta morir. Lo triste del asunto es que es autobiográfica y surgió en uno de los pocos momentos de sobriedad de su autor, quien se suicidó pocos meses antes de que la película fuera estrenada.
Sin embargo Las Vegas es mucho más que alcohólicos y ludópatas. Vale la pena visitarla porque es entrar en un parque de atracciones para adultos. Está situada en medio del desierto más absoluto y fue creada de la nada para que convivieran en el mismo espacio y tiempo dos mundos igual de reales. Por una parte el del juego y el desenfreno y por otra el de la vida diaria y rutinaria. Es muy aconsejable hospedarse (aunque sea sólo una noche) en alguno de sus famosos hoteles. Uno de los más originales puede ser el Luxor, que al ser su estructura una pirámide egipcia sus ascensores no son "elevators" sino "inclinators". Cuando se va subiendo se nota como el cuerpo va inclinándose conforme se alcanzan las plantas más altas. Se pueden conseguir precios muy interesantes por una Pyramid spa suite con jacuzzi y vistas a la avenida principal las noches de los domingos y lunes (no hace falta hacer reserva anticipada, sólo acercarse a la recepción y preguntar los precios de las habitaciones para ese día). Otro dato curioso es que los famosos casinos están situados en las planta bajas de todos los hoteles, y por tanto cada vez que se quiere ir a la habitación del hotel se tiene que pasar por todas las máquinas y mesas de juego, ¿por qué será?.
Pero sin duda la obra maestra del cine que se desarolla en Las Vegas es Casino de Martin Scorsese. ¿Qué decir de las interpretaciones de leyendas vivas del cine como son Robert de Niro, James Wood o la deslumbrante Sharon Stone?.

Ah! Y para los que necesiten una dosis semanal de instántaneas de esta ciudad siempre les queda la popular serie de televisión CSI Las Vegas.

lunes, 2 de abril de 2007

De motos y romanos

Descubrí Roma desde el número 15 de la Via della Croce. Un bonito apartamento sin ascensor en el último piso de un viejo edificio, antes palacio del XVII, al que costó subir a pie el maletón del viaje. Ahora, pensando en ella para este blog, me he dado cuenta de que Roma y el cine están unidos por una moto. Esta maravillosa ciudad cargada de arte e historia se muestra a menudo en la gran pantalla de la mano de pequeñas vespas que recorren veloces sus calles adoquinadas.
El mejor ejemplo Vacaciones en Roma (1953), donde la pareja formada por Gregory Peck y Audrey Hepbrun paseándose por los monumentos romanos convirtieron a la joven actriz holandesa en estrella mundial.
También Nanni Moretti en Caro Diario (1993) recrea la vida cotidiana de una calurosa Roma en el mes de agosto montado en su vespa, y Manuale d’Amore (2005) de Giovanni Veronesse reflexiona sobre las diferentes trayectorias del amor a través de cuatro historias independientes; en una de ellas un joven y su vespa persiguen a la chica de sus sueños por plazas y avenidas.

Lo que más me impactó cuando la visité, los restos del foro y su imponente Coliseo, del que desgraciadamente no se conserva ni la mitad de lo que fue. Cuando volví a Valencia me fui corriendo al vídeo-club para alquilar Gladiator (2000). Quería verlo en todo su esplendor, revestido de mármoles blancos y con el velarium desplegado para dar sombra al público. La película de Ridley Scott, al que los entendidos acusan de poco rigor histórico, no me defraudó. La reconstrucción del anfiteatro y la música del alemán Zimmer interpretada por la sugerente voz de Lisa Gerrad consiguieron ponerme los pelos de punta. Confieso que lloré viendo a Maximus luchar, en sentido literal y figurado, por lo que creía justo, a pesar de que la envidia y los complejos del emperador Cómodo le habían arrebatado lo que más quería.