viernes, 13 de abril de 2007

Viena Imperial

Viena es la capital de una república federal que explota al máximo su pasado imperial. La ciudad gira en torno a los palacios de Hofburg y Schönbrunn y nosotros compartimos con ellos dinastía reinante, los Habsburgo. Juana la Loca se casó con Felipe el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano de Austria, y ello trajo consigo que nuestro Carlos I fuera su Carlos V. Paradojas del destino, Carlos se crió en Flandes y su hermano Fernando en Alcalá de Henares, sin embargo, a ambos les tocó gobernar precisamente el país que no conocían. En cualquier caso, el paso de Fernando por Viena ha dejado huella. La noria de finales del siglo XIX, desde la que se puede presenciar una bonita vista de la ciudad, está situada en El Prater, transformación de la palabra española prado que usaba el emperador para identificar el lugar donde iba a cazar. Los caballos de la escuela ecuestre de Viena o el estilo arquitéctonico de la Biblioteca Nacional son también herencia nuestra y, aunque las maneras castellanas no calaron en el pueblo, los austriacos conservan una frase hecha, cuando no entienden a alguien dicen que habla español.

Si hay una pareja real que se identifica con Viena y el imperio Austrohúngaro, ésta es la formada por Francisco José I y Elisabeth. La belleza de Sissi, alimentada por la leyenda de su infelicidad en la corte y explotada en sentimentales películas de cine, contribuyeron a una interpretación almibarada de la historia y sus protagonistas.
Un libro que ayuda a conocer de verdad a esta mujer y su época es el de Ángeles Caso, Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría. A través del diario personal de la esposa del emperador nos vamos enterando de forma seria y documentada de lo que fue su vida y el contexto histórico en el que reinó.
Viena sigue hablando de ella, podemos ver sus aparatos de gimnasia en las habitaciones privadas de palacio, la bañera (fue pionera en lo del aseo diario) de su cuarto de baño, su tumba en la cripta de la Iglesia de los Capuchinos o incluso tomar una cerveza bajo su atenta mirada gracias al retrato que le hizo Winterhalter con su larga melena.

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