domingo, 29 de abril de 2007

Al son de Dénia

Dénia es uno de esos pueblecitos que si no existiera habría que inventarlo. Con sus playas, sus calles empedradas y sus casitas blancas todo invita al relax y a disfrutar de la vida. Ese clima tan suave hace de este destino un sitio privilegiado para perderse unos días, (que para muchos ingleses y alemanes se convierten en años).
Para los que se encuentren lejos de sus aguas pueden echar un vistazo en directo a las webcams situadas en varias zonas del pueblo.

Como todos los pueblos costeros de la Comunidad Valenciana ofrece una buena relación calidad-precio para alojarse y en su restauración. Por supuesto no hay que dejar de degustar alguno de sus arroces típicos aunque no es recomendable quedarse ahí, ya que su gastronomía es muy variada. Se pueden hacer varios recorridos turísticos muy entretenidos.

Un libro que recorre la gastronomía y paisajes de este precioso pueblo es Son de mar del escritor de Castellón Manuel Vicent.
Bigas Luna llevó esta historia a la gran pantalla con la película del mismo nombre. Verla es un gusto para los sentidos por su fotografía y por interpretaciones como las de Jordi Mollá, Leonor Watling o Eduard Fernández.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que perderse un fin de semana por Denia es sentir que todavía quedan pueblos vivos. Poblaciones que no han perdido el encanto de lo antiguo, artesanos y tradicionales con el temperamento mediterráneo. Denia sabe a mar, huele a raíces y late al ritmo de las olas del Mediterráneo que acuna sus barcas, mientras la vida sigue entre sus habitantes. Denia no son ingleses y turistas nacionales, para conocerla es necesario bucear entre sus calles y olvidarse del glamour de la Avda. Campos.

Anónimo dijo...

Tú si que sabes Patrisieta, perderse por sus calles y comer un arrocito a banda cerca del mar un día de diario cuando no hay turistas, eso es lo mejor! Menudo lujo para el que pueda disfrutarlo...Livingstone.