sábado, 21 de abril de 2007

Cuenca, antigua y abstracta

El paisaje natural de Cuenca se ha hecho a golpe de siglos, con el agua y el viento oradando pacientemente la roca y creando unas maravillosa hoces en cuyas laderas se agarran casas y placetuelas.
El caso antiguo fue declarado patrimonio de la Humanidad en 1996, lo que puede ayudar a seguir conservándolo prácticamente intacto y alejado del crecimiento lento, pero constante y poco estético de la parte nueva. Ya antes de este año, a finales de los cincuenta, algunos artistas se habían fijado en ella. Se refugiaron allí para crear su obra y de paso nos dejaron la joya del Museo de Arte Abstracto Español, considerado entre los mejores del mundo en su género. La idea surgió de Fernando Zóbel que junto a Gerardo Rueda y Gustavo Torner creó el museo de las casas colgadas, cediéndolo más tarde a la fundación Juan March y al que donaron gran cantidad de sus obras. Los conquenses nunca les estaremos lo suficientemente agradecidos por darle a la ciudad un valor añadido y una excusa más para acercarse a visitarla. La impronta del arte abstracto también se encuentra en las vidrieras de la catedral, encargadas en 1990 al marroquí Henri Dechanet que de nuevo se sirvió de Gerardo Rueda, Gustavo Torner y Alfonso Bonifacio para diseñar coloridos ventanales que aportan un elemento novedoso a la bonita catedral gótica de estilo anglo-normando.

Entre los escritores foráneos que han escrito sobre ella destaca Pío Baroja y su novela La Canóniga, bastante desconocida y difícil de conseguir en librerías o bibliotecas.

En cuanto al cine, en 1954 se rodó la coproducción hispano-mexicana Señora Ama, basada en la novela homónima de Jacinto Benavente. Dos años más tarde José Antonio Bardem dirigió Calle Mayor, inspirándose en la tierna solterona de la obra de teatro La Señorita de Trevélez de Carlos Arniches. Pero sin duda la más sorprendente es El Valle del Gwangi (1969) , filme estadounidense de ciencia-ficción en el que, a pesar de los rudimentarios efectos especiales de la época, se consiguen buenos resultados. En la escena final resulta sorprendente la visión de un dinosaurio gigante caminando amenazante por la plaza mayor, con la catedral al fondo y entre los gritos desesperados de los lugareños.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Benvinguda a la blogosfera, futura periodista.

Però quina ciutat més xula. A més del seu museu d'art abstracte és també molt coneguda en els àmbits culturals per la Semana de Música Antigua.

Jo, que soc aficionada a la música, tinc ganes de visitar-la durant eixa setmana. Fa molts anys que no he estat per allí.

Una besaeta Shackleton

Anónimo dijo...

Gràcies mj. Per a tots els que com tu estan interessats en la Setmana de Música Religiosa de Cuenca ací t'envie l'adreça de la pàgina web.
www.semanademusicareligiosa.com.

Jo támbé fà temps que no vaig a vore-la. M'agrada ir en dies normals quan no hi ha ponts ni festes i se pot estar tranquil.la sense tanta gent.

Una altra besaeta

pep-ito dijo...

Pero Cuenca está a la izquierda o a la derecha de Lugo? No situo muy bien ese continente.
Por cierto, muy bueno el pescado frito que me tomé contemplando la Giralda.
Y la Torre de Pisa, preciosa, todo un símbolo del modernismo judío.

Shackleton dijo...

Está más bien debajo, Pep. El pescaíto frito, sí muy bueno, lo traen de València. Y lo bueno es que como está en lo alto de un risco se ve muy bien la Torre de Pisa, en días sin nubes y con un telescopio de la NASA. Del modernismo judío ni idea.