miércoles, 11 de abril de 2007

London calling (I)

Son muchos los símblolos que nos llaman de Londres: el Big Ben o Buckingham Palace por decir dos, pero los conocemos realmente poco. Ben, por ejemplo, se llama la campana de 13 toneladas que encontramos dentro de la torre, en cambio, no llames a las puertas de Palacio si la Union Jack ondea porque la Reina no estará en casa.

Quizás sea el deseo de dar a conocer un poco mejor la ciudad lo que ha llevado a numerosos cineastas a hacer de "La city" su escenario. La podemos apreciar majestuosa y apocalíptica en "V de Vendetta", soleada y romántica en "Las muñecas rusas" o dramática y autodestructiva en "Match Point". Emblemáticas dos escenas: la pelota sobre la red de tenis al principio del film, y el anillo rebotando en el borde del Thamesis. Una teoría resumida en dos planos.

Aunque no solo los cineastas tomaron Londres como fondo de desarrollo de sus obras. Sir
Arthur Conan Doyle sitúa a su personaje más famoso en el 221Bde Baker Street, una dirección que en realidad no existe. Y es que es justamente en esa calle del distrito de Marylebone londinense donde el detective Sherlock Holmes fumaba su pipa y resolvía casos junto a su chimenea y junto a su inseparable colega Watson.

En aquella época de calles terrosas y coches de caballos áún no circulaba por las streets londinenses el famoso Austin FX4, de color negro por 1965, cuando comenzó a comercializarse, pero verde o rosa e impregnado de carteles publicitarios hoy día. Carteles convertidos en las últimas décadas en un símbolo más de la ciudad: Sanyo, TDK o McDonalds forman ya parte de la arquitectura de Picadilly Circus.


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