miércoles, 4 de abril de 2007

Paris, je t´aime (II)

Son muchas las perspectivas desde las que filmar París: Roman Polanski lo hacía siguiendo a un Harrison Ford ansioso por encontrar a su mujer en "Frenético", y Jean-Luc Godard, el nombre mas conocido de la Nouvelle Vague, nos enseñaba los Campos Elíseos de la mano de unos jóvenes Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg en "Al final de la escapada". En este último film, su director, Godard, revolucionó a través de su manera de rodar el cine francés: ruptura de la narrativa audiovisual clásica por medio del montaje o historias de personajes irreverentes son algunas de sus marcas más personales.

Pero si algún director filmó París embriagado por el deseo de contar historias de amor con objetivo de su cámara, ése fue François Truffaut. Por medio del personaje de Antoine Doinel, su alter ego, el realizador francés nos mostraba la madurez sentimental de ese joven con su trilogía "Besos robados", "Domicilio conyugal" y "Amor a la fuga".
Si fuéramos alguno de los personajes de Truffaut, Godard o Jean Vigo compraríamos el famoso pain au chocolat, o el aún más rico pain au chocolat aux amandes, en alguna de las numerosas boulangeries repartidas por toda la ciudad, y disfrutaríamos de una increíble y poco conocida vista de la antigua Lutetia, degustando un té rojo, desde la cafetería de la terraza del Institut du Monde Arabe.

Y si quisiéramos poner banda sonora a nuestra historia de amor, o alimentar nuestro i-Pod para callejear por París , eligiríamos a los clásicos Serge Gainsbourg o Jacques Brel, o a los más recientes Philippe Poirier, Françoiz Breut o Da Silva.

No hay comentarios: