domingo, 22 de abril de 2007

NY: el sueño americano (I)

¿Quién no quiere conocer la archifamosa ciudad de los rascacielos? En mi opinión es una de las ciudades que nadie debería morirse sin visitar porque, aunque creamos haberla visto en miles de ocasiones en series y películas, cuando estás allí te das cuenta que es una ciudad no para verla sino para sentirla. Sí, el que no haya ido puede pensar que es asfalto y edificios, pero eso es sólo para el que no ve más allá. La energía fluye por sus calles como el agua por los ríos y allí las horas tienen menos de 60 minutos, porque los minutos vuelan. Yo nunca me había planteado visitar NY hasta que leí uno de mis libros preferidos, Las cenizas de Angela. Para mí cumple todos los requisitos que debe tener una buena historia: cuenta hechos reales de manera clara y sencilla y además con un sentido del humor impresionante. Por ello, a pesar de lo dura que puede ser la autobiografía de Frank McCourt en algunas ocasiones, la disfruté muchísimo. Las cenizas de Ángela, narra la historia de una familia irlandesa en plena época de la hambruna de la patata. Lo curioso de la familia McCourt es que es una historia poco común, pues realizan el camino contrario de la emigración, de Estados Unidos a Irlanda, de una tierra de promesas a la fría Irlanda, donde la gente se moría de hambre. Así que como toda buena novela que se precie tiene su adaptación al cine. El primer libro de este profesor de formación profesional de 66 años le supuso ganar en 1997 el premio Pulitzer. Pasó de ser un anónimo maestro en Nueva York a ser uno de los 35 personajes más famosos del año según Vanity Fair, figuró 70 semanas seguidas en la lista de los best sellers del New York Times y su libro está traducido a más de 20 idiomas con más de 50 entradas en Internet. ¿Es o no es el sueño americano?
Según palabras del blogger Jorge Echeverri "Las Cenizas de Angela tiene magia que atrapa. A años luz del realismo mágico del llamado boom latinoamericano de las últimas décadas, McCourt se inscribe en un realismo cruel y descarnado más bien emparentado con Dickens. Sin artilugios de tiempo ni espacio, narra linealmente los sucesos de su infancia y adolescencia como los rescata de la memoria sesenta años después. Pareciera que con ellos se libera de viejos fantasmas. Función catártica de la literatura". Bien dicho Jorge!! Para el que le pueda interesar McCourt ha escrito dos libros más que son la continuación de su vida desde que llega por fin a Manhattan hasta nuestros días.

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