
Para algunos la belleza es un resorte que los impulsa a progresar en la vida, para otros, en cambio, casi una maldición. Este es el caso del personaje de Mararía en la novela del tinerfeño
Rafael Arozarena, que en Canarias se lee obligatoriamente en los colegios e institutos de secundaria y que en la península ha sido injustamente ignorado. A lo largo de la obra el autor hace continuamente paralelismos entre Mararía y Lanzarote, pero afortunadamente el destino trágico de la mujer no coincide con el del lugar, hoy declarado
reserva de la biosfera y cuidado con esmero por sus habitantes que, con
César Manrique a la cabeza, han conseguido hacer de ella un modelo estético y ético de respeto al medio ambiente.
No es la única referencia literaria de la isla, el Nobel
José Saramago lleva años viviendo allí y le ha dedicado un conjunto de pequeños cuentos titulados
Cuadernos de Lanzarote.
El parque nacional del Timanfaya, sus grutas volcánicas, playas,
gerias y pequeños pueblos que desafían con su blancura la calima africana consiguen hacerte olvidar que estás en en la misma Tierra en la que vives el día a día, de ahí que el cine se haya servido de ella para recrear otros planetas. Éste es el caso de
Náufragos, primera película de ciencia ficción española que nos hizo creer que estábamos en Marte y
Enemigo mío (1986), donde Dennis Quaid pelea con un alienígena en un planeta deshabitado. Entre las de corte prehistórico se pueden destacar
Hace un millón de años (1965), con una Raquel Welch paseándose con un bikini de piel de cabra por las playas de Papagayo o
Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (1970) de Val Guest.
Sin duda las más curiosas son También los enanos nacieron pequeños, obra de uno de los precursores del cine alemán Werner Herzog, rodada en los volcanes de Lanzarote, y La imagen de Dorian Grey y la prensa amarilla (1977) del también aléman Ulrike Ottinger.
Desde estrellas rutilantes como Rita Hayworth, protagonista de Sur la route de la Salina (1971), con las salinas y el Timanfaya de fondo, hasta los directores españoles José Antonio de la Loma en Timanfaya. Amor prohibido (1971) o José Antonio Bardem en La isla misteriosa (1971), basada en una novela de Julio Verne, han quedado seducidos por esta maravilla geológica en mitad del atlántico.